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martes, 20 de junio de 2023

 

Despedida y cierre

Damas y caballeros, queridos e improbables visitantes de este blog:

Como blogero vuestro que soy, os debo una explicación. Y esa explicación que os debo, os la voy a pagar.

Esto ya no da más de sí. Lo dejo. La actualidad se ha vuelto tan horrible que soy incapaz de seguirla con humor. Me pongo malo. Supongo que el problema es mío, que me hago viejo. Sea como fuera o fuese, prefiero dedicar las fuerzas que me queden a cosas más gratificantes.

Continuaré, pues, en algún otro ámbito, resistiéndome –cada vez con menos fuerzas– a las tentaciones del silencio.

Disculpen las molestias.

(Copio y pego esta despedida de José Luis Cano... no podría decir nada mejor ni más contundente. Un abrazo a todos)

viernes, 7 de diciembre de 2018

EL OLENTXERO

EL OLENTXERO

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EL  OLENTXERO                          
Se despertó despacio, se incorporó a duras penas, se sacudió de un manotazo la nieve que le cubría la cara y le nublaba la vista y sintió un fuerte dolor de cabeza, una extraña sensación y el acre sabor de la madera; se rascó con parsimonia el colodrillo por debajo del gorro rojo de lana, miró alrededor e insistió de nuevo como frente a un espejo, explorando todo su corpachón con manos torpes..., se quitó las manoplas, y comprendió que algo no encajaba ni en el paisaje alrededor, ni en su cabeza: tenía un chichón considerable y restos de sangre reseca en la frente; estaba sentado en el suelo, bajo un abeto, sobre la nieve, sucia de restos de carbón; uno de los renos le miraba fijamente con cara estúpida sin dejar de rumiar.
Le pareció un poco ridículo el disfraz rojo que llevaba, con los puños, el cuello y la orla de armiño bastante deslucidos por el uso; aunque sólo fuese una vez al año, pero no había manera de convencer a la jerarquía de que cambiasen el color del uniforme; había que morir al palo.
Había sido un día muy ajetreado, y luego se prolongó en una larga velada en el albergue, el calor de la chimenea, con la conversación distendida y feliz de los parroquianos y el licor de bayas rojas, _  demasiado licor de bayas rojas_ y ya  sólo le quedaban unos pocos regalos de Navidad por repartir...
¡Regalos!;  se puso de pie con rapidez, todavía  inseguro recuperó las riendas, recordaba a trazos lo que ocurrió de madrugada: el trineo volaba sobre la nieve... miró alrededor, pero algo no encajaba en su cabeza. Consiguió reunir las piezas del puzZle: demasiadas manchas de carbón, algunos paquetes de regalo abiertos... unas huellas de pies humanos que se alejaban en la nieve, más restos de carbón de encina, polvo de cisco para el brasero...
Suspiró profundamente y se resignó sin encontrar respuesta. Se puso en marcha.
¡Había que cumplir un año más!

... Y por fin, esa noche, también los hijos del carbonero tuvieron verdaderos regalos de Navidad.

Mariano Ibeas
19-12-2002     Cuento de Navidad

  * En el País Vasco la tradición quiere que los regalos de Navidad los traiga el Olentxero, un personaje que a veces se trastoca con el “carbonero” o “el hombre del saco” que asusta a los niños  o les regala carbón cuando no son buenos.

FRANCISCA AGUIRRE

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Un mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,

miércoles, 27 de junio de 2018

LAS BARCAS DE DOS EN DOS...

Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y sombra, libro abierto.
Sobre la arena tendido,
como despojo del mar,
se encuentra el niño dormido.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.
Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.
Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

MANUEL ALTOLAGUIRRE, 1926

miércoles, 13 de junio de 2018

PARA MEDITAR...

"Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida..."
CHARLES DARWIN
.
...
Un hombre que no dedica a meditar una hora de su vida cada día... habrá vivido, pero nunca lo sabrá...

sábado, 23 de diciembre de 2017

ZAPATITO DE DAMA

1.- 
Todo aquello que tiene en su interior algo de símbolo
                              Algo de raro, de único, de adorable, de pequeño,
                              íntimo y familiar, algo que es frágil
                              y que hay que proteger, por eso mismo…
               Porque es raro y frágil y adorable y pequeño,
                                            como la infancia, como la vejez, como la vida…

Mariano Ibeas, Diciembre de 2017

ZAPATITO DE DAMA

1.- 
Todo aquello que tiene en su interior algo de símbolo
                              Algo de raro, de único, de adorable, de pequeño,
                              íntimo y familiar, algo que es frágil
                              y que hay que proteger, por eso mismo…
               Porque es raro y frágil y adorable y pequeño,
                                            como la infancia, como la vejez, como la vida…

Mariano Ibeas, Diciembre de 2017